Carmen García


Carmen García (Santiago, 1979), fundadora y editora de Plagio (www.plagio.cl), ha participado en la organización de diversas actividades culturales. El año 2000 recibe la Beca para la Creación Poética Joven de la Fundación Pablo Neruda. El 2003 integra el taller Premio Mustakis/ Biblioteca Nacional, dirigido por la poeta Elvira Hernández. El mismo año, es distinguida con la Beca de Creación Literaria para escritores noveles del Consejo Nacional del libro y la lectura para la realización de su libro “La Insistencia”, publicado el 2004 por Libros de la Elipse. Actualmente reside en Nueva York. www.nosdivertimosenprimavera.blogspot.com


Meciona a:


Pedro Montealegre
Antonia Torres
Paula Ilabaca
Rodrigo Olavarría


Poesía:


Los Ojos de la Noche

Éste es el monstruo con el que soñaron las niñas
la habitación del silencio, los dientes del cangrejo
la rabia cuando orinábamos desnudas sobre la loza blanca
tras el suave parpadeo de los que nunca nos vieron.
Estuvimos ahí, las lombrices aparecían bajo tierra
y la jaula era ausencia en el fondo del jardín.
Estuvimos ahí
nos ocultamos por los rincones de la casa
tras los muebles, bajo los árboles.
Comimos la misma miel que los pájaros,
en conversación agitada con el viento
con las madres que piaban por sus hijos.
Nosotras, elegidas por una mano mayor
para cargar con los ojos de la noche
los huevos rotos de los pájaros.


El Llanto Sometido de los Espejos

La sonrisa de mi madre temblando en las esquinas
tosiendo el líquido amarillo
jugábamos con un revólver
aparecían mariposas desde mi vestido
nos enceguecíamos con el reflejo del sol
todo se iba quemando de a poco
las hojas, los insectos que caían en manos de niños con espejos
los ojos de mi padre se iban quemando
los habitaban cucarachas negras
el líquido amarillo que mi madre tosía
mi madre también era un bicho
temía a los espejos y a veces amanecía cubierta
hablaba a niños con espejos
la rodeaban y amanecía cubierta
aparecía en los espejos
con las manos ocupadas en las mariposas
ella derramaba la leche porque estaba amarilla
bebía agua salada y se iba secando de a poco
como las hojas o los insectos de niños con espejos
se iba secando
sobre la leche derramada
con los pechos salados
cucarachas en los pechos
negra la orina de mi madre
se quejaba al orinar
tosía el líquido amarillo, le dolía al orinar
mi madre amanecía cubierta de bichos
tenía espuma en la boca
y hablaba el lenguaje de los ciegos.


El Crimen de la Luz

Hay cuerpos en la laguna, helicópteros, hélices que cortan el viento como el dolor corta la respiración de mi madre. Es tarde y hace frío. Hay botes volcados en el agua, un viento siniestro que viene a destruirlo todo. Es tarde y hace frío. Nadie ha visto los zapatos de la niña. La niña baila ahora en otro lugar. Es de noche y la búsqueda no ha dado resultados. Sólo luces que alumbran fragmentos de la laguna, columnas que se alzan por sobre las aguas, columnas de luz que construyen el cementerio de las noches. Ese día, la luz que anunció tu muerte, fue una piedra oscura y pesada que cayó sobre nosotros.


Los Nombres del Vacío

En estas horas desoladas con perros gimiendo en el cuello de la noche, con perros que pasean entre la basura por el cuello de la noche, hay un ladrido que hace recordar, un ladrido que pasea solo por las estaciones y atraviesa los años como las cinematecas que huelen a orina. Ya no quedan vacíos sin nombrar, es lo que busca el perro de la noche. Éste es un conejo. Éste un gallo que camina ciego, que se asoma al pozo. Éste es un perro que pasea por la noche. Un perro en calles solitarias. Éste es el nombre del perro. El perro está en el cuello de la noche y dilata los ojos al mirar al pozo. El pozo está vacío y todos los vacíos están llenos de luna. El perro gime en el cuello de la noche con un ladrido mudo, una palabra que no reconoce oración ni dios.

2 comentarios:

Antonia Katz dijo...

Este blog es tan prolífico que no tengo más que sentirme angustiada o ignorante al desconocer tanto poeta chileno que escribe lindo.

Un abrazo

Josué Ramírez dijo...

Son dos aspectos: uno autobigráfico el otro descriptivo de una realidad que no es ajena pero sí negada a diario. Me gusta, lo diga desde acá, con la conciencia de ocuparme de lo mismo: la realidad. Te escribiré en tu blogger personal algo semejante a esto pero ya distinto por supuesto