Pedro Montealegre


Pedro Montealegre (Santiago de Chile, 1975) es periodista. Actualmente prepara la tesis del doctorado en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universitat Jaume I, en Castellón, y forma parte de la Unión de Escritores del País Valenciano. 
Reside en Manises, Valencia, desde el año 2001. Ha publicado los libros Santos Subrogantes (Ediciones de la Universidad Austral de Chile, 1998); La Palabra Rabia (Editorial Denes, Valencia, 2005), y El Hijo de Todos (Ediciones del 4 de Agosto, 2006). Edita el blog: http://montealegrepedro.blogspot.com/.

Menciona a:

Javier Bello
Cristián Gómez
Héctor Hernández
Alejandra del Río
Alexandra Domínguez

Poesía:


Tómale el pulso: el aire pega: Ta-tá, Ta-tá. Ritmo de qué,
-caliente, rojo, golondrino de axila, hedor de testículos, azufre, hollín,
mango de cacerola expuesto a la llama. En la fiesta: transe: ¿sí o no?
-sobre el miedo- transidos, transar la fuga: chico contra la azucena:
friega, friega. La muerte es así. Era guadaña. Refriégate contra ella.
Tú viste eso: yo vi una azucena totalmente afilada. Un ángel salió
del vapor bostezando: Ángel, gira; yo soy condensar: gotas en vidrio,
tapa de olla al retenernos en Qué: ah, el hambre -sola para la sal,
tonta para tentar. Comida. Comida -Apréstate, ahí: están los peces:
se disputan la mosca. Sobre el agua, desde de la orilla, me come el pez
-abre la jeta -lo negro es cosmos, ¿lo adivinas tú? Allí, sobre el cielo,
desde el globo vacío, me zampo: ¿Qué? Una célula es Qué -la calle es igual.
Si decimos roto, lo roto viene y dice: ¿Qué? Y la Q abre una grieta
-y áspera. Del pliegue, un lisiado sale. Enseña: mira mi pata de madera.
Decimos madera: aludida viene y dice: ¿Qué? Y en la Q hay filiar
-velo enredado, un cordero en la zarza, hijo de Abraham- di: ¿No se llama
madreselva, acaso, ese tejido antiguo? Se llama luz -partiendo la nube,
gran insectario- alfiler para un grillo. El cielo era negro. Y yo dije, tú,
color de asesinados -manual de anatomía: todo traslúcido- Desaparecer,
di Pedro apareciendo. Manuel preso en ojos: manos de tierra
para ser deshechas. Cuentas de vidrio los ojos de pez -tus ojos, ¿qué hunden?-no,
no: llanto. ¡No! O reconocerlos lisiados: un niño, dime, ¿qué hace un niño
escondido en un muerto? Cuajo de plumas: era sarna lo que picó
la línea buena de tu mano; harina la protuberancia abierta de tu omóplato.
¿Nos confundimos con ángeles? No, moscas: larvas. Sanguijuelas.
Nos volvemos bichos. Y si miramos al pez desde afuera, en la orilla
-él salta, nos come. Se come. Se atraganta. Ja Ja: su espina. Ja Ja: su espina
era necesaria: o la inanición. Ja Ja ¿Nación? Perros de ciudad, hum: nutricios.

No, no. En el pueblo nunca se han visto perros. Un ladrillo de luz
te golpea el labio. Del Paf un grito escapa diciendo: ¿Qué se rompió?
Esa Q controlada, que baile, que baile. Dime esa Q que engloba la fuga
del ruido Paf. Yo sueno -sano- y mendigo el pulso. Ta-tá, Ta-tá, palpita ésa,
la irresistible guadaña -hoy día, azucena.. ¿Dónde estás? ¿Qué hedor
te consume ahora? Si te hierve algo, ¿adónde irá el resoplido?
Una célula está. Un niño lisiado también está -un sonido inaudible
lo corta en sílabas. El corte -sabemos- se inclina a parir. Cortaron, Manuel.
Cortaron, Pedro. Y vino el corte y dijo: ¿Quién me llamó? Unas membranas
haciéndose músculo, dijeron -músculo: a través de esa Q, yo nací sin días.
Tras el hambre, unos hombres se asomaron a la orilla. Boca de pez, boca de fe,
reflejo y reflujo. Lo decían ellos: yo sé lo que hubo. Países celestes,
decolorados con flama, dialéctica de llamar al hueso: digan, quién fue el nacido
que te sacó de cuajo ¿Hubo guadaña? El cuajo, el crujido dicen yo y yo.

De La palabra Rabia (Denes, 2005)

2 comentarios:

L.B dijo...

Pedro!! te estaba buscando en internet y he dado con esto! un placer!!
besines!!

Luciérnaga again dijo...

Qué raro se me hace encontrarte otra vez, otra vez aquí, ver mi comentario pero con una gran diferencia: ahora estás muerto.

Mi Pedro. Estoy buscando poemas tuyos para pasárselos a chicos de bachillerato.

Parece que ahora que te has ido, todo el mundo habla de ti y todo el mundo era tu amigo. Y yo aquí, hablándote en segunda persona...
En fin. Ojalá pudieras volver. Nos reiríamos juntos de todo lo que está pasando.


Gracias, Agustín, por este blog. Y enhorabuena por el premio!