Clemente Riedemann


Clemente Riedemann, Valdivia (Chile), 1953.
Ha publicado:Karra Maw'n, Ed. Alborada (1984); Primer Arqueo, Ed. El Kultrún (1989y 1991); El Viaje de Schwenke y Nilo, Ed. Tamarcos (1990, crónica); Karra Maw'n y Otros Poemas, Ed. El Kultrún (1995); Gente en laCarretera, Ed. El Kultrún (2001); Isla del Rey, Ed. El Kultrún (2003). Ha sido parcialmente traducido al inglés, alemán, francés, italiano, coreano, rappa nui. Incluido en diversas antologías generales ytemáticas, chilenas y extranjeras, a partir de 1985. Ha escritoteatro, reseñas, artículos de opinión y canciones populares.


Menciona a:

Claudio Bertoni, por su humor
Rosabetty Muñoz, por su laboriosidad
Javier Bello, por su transparencia
Antonia Torres, por su alegría
Oscar Barrientos, por su camaradería


EL REGRESO DE MONGA

Un plato sobre la mesa
un pescado
un montoncito de arroz
la hebra de pimiento rojo
en los labios del hombre
abandonado

la puerta volteada sobre el suelo
arrancada de cuajo

la silueta de una mujer
parada en el pórtico


BELLE DE JOUR

Desde la neblina
los ojos de una mujer
su deleitoso talle
los zapatos rojos

un hombre se acerca para abrazarla
con infinito amor

la niebla se desvanece
el sol alumbra el mundo


MARIA JUANA

Las nubes están nubeando
los esteros estereando
los pájaros adivine usted
los huevos ya se sabe
el corazón también
y la Mari, especialmente.


Eres como el amanecer en los campos

Desnuda aún dormida
entre las sábanas
te sueñas nube
junto a los cerros
del amanecer

mientras oigo el rumor
de la ciudad que se levanta
la visión de tu cuerpo
lava mi rostro
como antaño hacían los esteros
en la infancia

eres como el amanecer en los campos
húmeda, fresca, fragante

y pájaros que cantan a lo lejos


Rico rico rico

Las gradientes de los espacios rurales
el cruce bajo los pórticos de las casas del pueblo
el ñadi húmedo en las suelas de tus zapatos rojos
y de mis zapatos negros
contentos de caminar con las nubes
es rico contigo

los nudos en la madera del cielo raso sobre tu cama
el graznido de los treiles al amanecer :
"estás con ella, que no te importe más nada
disfruta este momento maravilloso
su olor de hembra respirando en el sueño”
qué rico

entrar en ti como en un cerezo en flor
el viento mañanero entre las ramas
abiertas
extendidas sobre un horizonte sin tiempo
sin deudas ni expectativas

con la memoria y los anhelos
fundidos en un abrazo
rico rico rico

3 comentarios:

Leonardo de Valdivia dijo...

El hablante lírico conocer su oficio muy bien, rasgo que ya aparece desde muy temprano en sus libros (Karra Maw’n 1984, Primer Arqueo 1990), se nota su mano creativa, y por lo tanto para este caso nos intenta engañarnos con la estructuración de la sinécdoque, a fin de que tomemos la parte por el todo. Además del uso preocupado de la metonimia al usar como elemento central en este poema con el nombre de otro y dándole una sucesión al tema dado realmente. La ocultación continúa, lo abstracto por lo concreto, distrayendo al lector de lo que se está ocultando.
“Mugidos de vacas al atardecer, la
Canción del lomaje y la zarzamora que
Se eleva ente las gotas de la lluvia buscando
Entrar en el oído de los dioses” (…)
El mugido de estos animales de campo, es usado desde una perspectiva metafórica, donde las vacas son más que animales, son humanos indeseados en un periodo oscuro de la historia de Chile, y donde el auxilio yace en un atardecer de sur.
El mugido es un grito de ayuda desgarrador, de miedo al fascismo, que se eleva hasta “los oídos de los dioses”, de los cuales estos dioses no pueden más que un acto propio de presencia dentro de la fe religiosa de los seres en peligro.
Este caso nos sitúa referentemente en el sur de Chile, “la canción del lomaje y la zarzamora que se eleva entre las gotas a la lluvia”, el hablante sinestesia la lluvia como medio de ayuda a los dioses omnipotentes y fríos de lo que sucede en el día crepuscular. Así también otro dato que nos entrega para contextualizarnos en el poema está en los números que recurren, “hace como cuarenta años…” remontando al golpe del 73’ como un hecho crucial y siendo casi un pretexto para escribir los mugidos de vacas de al atardecer.
“¿A quién llaman con esos bramidos desgarradores?
Hace como cuarenta años que me persiguen
Los mugido de las vacas al atardecer
Y aún no reconozco lo que quieren expresarme
Con su tonalidad desconcertante” (…)
Hace tiempo ya, para el golpe de Estado, sus mugidos yacen por todas partes de estos campos sureños, buscando ser escuchadas, sin embargo el hablante lírico comenta que “aún no reconozco lo que quieren expresarme”, aduciendo que el caso de los detenidos desaparecidos aún no se ha cerrado para la sociedad y tampoco la justicia ha podido hacerlo. Así también, el hablante entra en escena hablando; “sé que un día lograré comunicarme con negras y coloradas” cuando por fin puedan dormir en paz.
En otro campo de la poesía, las vacas mugen principalmente para pedir ayuda a sus propios dioses, llamándolos con bramidos desgarradores, porque saben lo que les va a ocurrir en aquel campo, hace tiempo que lo hacen, y el poeta como parte de su trabajo es recoger el detalle, lo que otros no ven y esa forma única de relatar este tipo de ocasiones que quedarán guardadas en la memoria y que si “esperamos descubrir por los caminos.”
Por lo tanto, a pesar de ciertas clarividencias dentro de la interpretación en el texto, este seguirá abierto para su hermenéutica en el lector expectante.
Crítica a Clemente Riedemann

Saludos Ñe

blog medio mayor dijo...

grande maestro aun atesoro un ejemplar de karra mawn en mi poder y creo que quedo en mi inconsciente ya que mi banda de rock se llama meli wuekufe me alegro mucho poder hacer este comentario ya que creo que el trabajo poetico es necesario en este pais sobre todo si rescata la historia y la embellece con el sentimiento de un pueblo completo

Alejandra dijo...

Cómo no amar a este bello hombre hecho de nubes, viento y lluvia.Que escribe de los puentes y su gente...el Sur no sería igual sin algunas de sus canciones...cantadas por el dúo Schwenke y Nilo.
Gracias poeta !!!