Nace en Santiago de Chile. Integra el Taller Literario dirigido por la poeta Marina Arrate. Ha publicado "la bitácora y los sueños" (1998), "mientras los muchachos duermen" (2001) y "Una ciudad sitiada fuese o la Dulce Violencia" (2005), texto que fue galardonado con el primer lugar en el certamen internacional de poesía Dorian (Lima, Perú, 2002) y que además obtuvo la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2002). Sus textos han aparecido an algunas antologías y en diversas revistas y sitios en internet dedicados a la creación y análisis literario.
Menciona a:
Marina Arrate
Javier Bello
Germán Carrasco
Clemente Diego
Armando Roa Vial
Poesía:
De “mientras los muchachos duermen”
IASEA
( fragmentos )
Amigo mío, amigo bien amado,
aprovechémonos de la distancia que hoy nos separa
y desatemos la verdad en nuestras palabras.
( la verdad os hará libres, recuerdo dijo uno de los tuyos )
Amor es un recodo angosto e imprevisible y
aprisa, amigo amado oh amigo mío
yo he muerto al promediar nuestra ruta:
mi cintura y mis sienes adornadas se han estrellado en el amor
como fruta sangrante y perfumada.
( recuerdas el azafrán y el vino
con que aroman los teatros justo antes de las fiestas,
y tú parecíasme la tristeza )
No me sea tu ojo torvo
Si la verdad ahora te digo.
* Iasís leyó a los mozárabes y a los clásicos
Tradujo. No busquéis biografía en su lírica.
No son más que ejercicios sobre un estilo decadente.
CRIMINE PESSIMO
( la sentencia y su hazaña )
La osamenta de don Gaspar de Terrazas, que fuere blanca,
ennegrecida yace y ennegrecida queda,
y mis líneas acaso son rastros del incinerado verbo
de la página que ayer fue tan sólo blanca.
Infame.
Así me hubieran llamado en tiempos
de los Felipes de España, que así llamábanles,
si como hoy cantado cantado hubiera a tu almizcle y tu porte.
Leerías Iasís el nombre en las actas o avisos de Pellicier
Igual como ocurrió con don Diego Gaytán de Vargas
y con don Sebastián de Mendizábal,
con un joyero de la calle mayor y un mancebo de Valladolid,
acusados de pecado nefando y curados a fuego y muerte.
Año de Dios de mil setecientos treinta y algo.
Sea leve la llama
para quien se crea libre de la mirada tras los tiempos.
Ahora que no importa cuatro siglos me hallo perdido en esta sala de Historia
bajo pena de hoguera más allá de toda terrena mensura
y esta médula y mi lengua
y mis adjetivos y mi trazo y mi fama arden
de igual e ineludible manera.
De “Una ciudad sitiada fuese o la Dulce Violencia”
RETAHÍLA SOBRE EL CÉLEBRE TIENTO
DE LA CAÍDA Y LA NOCHE
Si dejaras caer la noche
imprevista
como una soga aún cimbreante
Si dejaras caer la noche
a porfía
hasta que nadie se adjudicara el sueño
Si dejaras caer la noche
y ésta se trizara ( mas no muriera )
Si dejaras
como una cuchilla experta
y se hiciera sorda y se hiciera muda
Si dejaras caer la noche
que desagua lerdamente los muros y cerrojos
Si dejaras caer la noche
ved, sobre esta rásula blancura, dispuesta y bella,
y su insomne, sus perjuros e idólatras espléndidos, ved,
sus fornicios y salteadores, pródigos y maledicentes, ved
sobre ellos.
Si dejaras caer la noche
sobre aquellos que no huyen y no abdican
Si dejaras caer la noche desde esta última torre
ésta tardaría lo mismo que una noche pequeña
por amor a Galilei.
ESTIGMAS BLANCOS
Si rasgaras en su justo medio esta página, cauto lector,
e hicieras una cisura por donde entrara tu vista
tal cual se hacen de luz
en los teatros y sus telones
( leva el párpado rendido y despierte )
¿Qué verías tras el verso vulnerado?
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